La luz de un impulso que no cesa, con esas palabras de uno de sus poemas, la elogiada Amanda Gorman reflejaba el fulgor de su fuerza, lo que hacen y saben las mujeres jóvenes, como ella.
Estas Miradas en Blanco, a través de la danza, invitan al público a que vean también ese fulgor y se pregunten sobre conceptos como la violencia de género, diferentes manifestaciones que ensalzan la promiscuidad entre los jóvenes «hipersexualización» y el uso que nuestros jóvenes hacen de las tecnologías actuales.
Hay una intensa labor didáctica en torno a erradicar esa violencia, nos parecía deseable abrir puertas a la imaginación, a propiciar espacios de debate a favor de una educación afectivo-sexual en jóvenes y adolescentes. Desde ese lugar de difícil transición para el desarrollo personal, para la creación de una vida propia donde crezca la curiosidad y se cultive la libertad con respeto.
La danza, como la palabra y la poesía, nos sirve ahora como herramienta útil para el impulso de un pensamiento crítico cada vez más necesario. Para transmitir desde esta etapa que tanto anhela ese ideal de belleza y libertad, un estímulo necesario que ayude a identificar diferentes conductas y a crear conciencia.
Seguimos a la espera de que las «cosas» cambien.
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